Son aquellas circunstancias extraordinarias por las que un vuelo puede sufrir retraso o cancelación. Y no tienen que ver con la aerolínea en sí. Solo en estos casos, no se puede reclamar.
- Cierre del aeropuerto o del espacio aéreo.
- Riesgos de seguridad inevitables.
- Inestabilidad política.
- Condiciones meteorológicas adversas.
- Impacto de aves en los motores.